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“La salud de una sociedad democrática puede medirse por la calidad de las funciones desempeñadas por los particulares”.


Rafael Quiñones
Samuel Huntington, uno de los pensadores más célebres en las ciencias políticas del siglo XX, describía que la modernización política y social de una sociedad pasaba por la racionalización de la autoridad política; la diferenciación de sus estructuras políticas; y la participación de las masas en la política. En este último punto, Huntington describe el tránsito de una sociedad tradicional a una moderna como una ampliación gradual de la población con participación política: En la fase más temprana del tránsito sólo intervienen en la política las élites sociales; después, se incorporan las clases medias y, por último, se da la incursión del grueso de la sociedad. Por ende, cuanto mayor nivel de personas puedan participar en la gestión de los asuntos públicos en una sociedad, mayor modernidad política y social tendrá la misma en su conjunto.
La ampliación de los derechos de las personas en los asuntos públicos no obstante no se da naturalmente en reposo ni de manera rutinaria. Cuando hay fases de tensión, crece la participación y disminuye en las fases de tranquilidad, lo que hace necesario que en una sociedad democrática que quiera conciliar tanto estabilidad política como alto nivel de participación de los ciudadanos en los asuntos públicos es que previamente el sistema político articule una completa y viable institucionalidad política que pueda soportar estos elevados niveles de participación. Y la célula de institucionalidad política más cercana a los ciudadanos es su gobierno local, llámese municipio, parroquia o comuna.
En este contexto de evolución y mutación política que vive el mundo, Venezuela no se queda atrás en su necesidad de establecer grandes cambios en su manera de gestionar las instituciones públicas, que combine tanto un alto nivel de estabilidad institucional como un mayor compromiso ciudadano a través de las instancias gubernamentales más cercanas al mundo cotidiano de los ciudadanos. De esta forma, para evitar que los ciudadanos de una comunidad política sean víctimas de la incompetencia de un Estado centralizado e hiperburocratizado, se ha de hacer un cambio de institucionalidad política en el país que posibilite que las comunidades organizadas en Venezuela puedan exponer sus demandas a nivel comunitario como son los municipios. El poder político es más eficiente cuanto más cercano esté de las comunidades a las cuales debe atender.
En un encomiable trabajo de escritura, José Gregorio Delgado en el Cuaderno de Temas de Formación Sociopolítica N 21: Municipios, vecinos, comunas: mayor compromiso ciudadano con la comunidad municipal, nos plantea la historia y los mecanismos disponibles de acercar el poder políticos a los ciudadanos a través de los gobiernos locales que contempla la legislación vigente en Venezuela. Un trabajo que no se puede subestimar cuando se aspira a un cambio político en el corto plazo en nuestro país.
Publicado por Revista SIC

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